viernes, 21 de enero de 2011

Con o sin reconocimiento la lucha por la Autonomía sigue..


Con su respeto, le saludamos y le exponemos ante su poca actitud critica, ¿pero que podemos cuestionar? que si asta nosotros mismos, a veces parecimos estar dormido; señor/
señora/adulto/joven/niño/ llamados
OPINION PUBLICA.

Ante nada, nuestras consideraciones pertinentes, a su persona y su investidura como representante de la burguesía esta ciudadanía chilena, no así de los miles, que suman millones de ciudadanos hipnotizados por la creencia de que compitiendo entre sí, pueden vivir mejor. Ignorando que su esplendoroso futuro, deja detrás a su prójimo, SI, ese mismo prójimo, que la iglesia Católica e Evangélica, hacen alusión a que debes cuidar. Pero que el capitalismo y su minoría gobernante, lo violan sutilmente frente los ojos de estas instituciones supuestamente moral.

El motivo por el cual nos pronunciamos, tiene relación con un tema que de seguro para usted debe ser una cuestión poco relevante. El asunto del reconocimiento de los pueblos indígenas en la constitución política de este país, que por estos días esta a puertas de ser aprobado por el congreso y que ya tubo una primera instancia en la cámara de diputados, donde, como es común en este país, sin consulta a los titulares de este derecho, se acordó, hacer dicho reconocimiento constitucional, de la siguiente manera

Párrafos del acuerdo:

“2.- “Que el Estado de chile, reconozca la existencia de los pueblos indígenas, implica simplemente comprometerse a promover su desarrollo y el respeto de sus tierras. Con ello, nadie pone en duda la unidad de la nación chilena, de la cual los pueblos indígenas son parte constitutiva e indisoluble.”

“4.- El reconocimiento constitucional a los pueblos y comunidades indígenas debe implicar, como lógica consecuencia, el derecho a conservar, desarrollar y fortalecer su identidad, idioma, instituciones y tradiciones sociales y culturales.

La protección constitucional a estos pilares permitirá a los hombres y mujeres que componen los pueblos indígenas de nuestro país, proteger, desarrollar y por sobre todo respeto y defensa, de sus cimientos culturales e instituciones que les hace ser lo que son.”

Estos párrafos que en apariencia se ven inofensivo; son los que mejor ilustran la poca importancia, claridad y voluntad de la clase política de este estado chileno, en una cuestión que es transversal para el bien común.

Quisiéramos, aun que sea un tanto improcedente escribirle de esta forma; pero no podemos dejar de señalar, que no somos partidarios de este tipo de reconocimiento constitucional, es más, como de seguro usted ha de conocer, que la intención ultima de este reconocimiento, es precisamente hacer el que los pueblos vivan como pueblos sometidos. Permítanos preguntarnos ¿porque mendigar un reconocimiento? ¿Que relevancia en la practica podría tener? ¿Cabe preguntar a caso, quien es el más beneficiado?

Puede haber respuesta a cada una de estas interrogantes, pero sin embargo nace con fuerza la inquietud, que por una cuestión de dignidad, se preguntan los pueblos oprimidos. ¿Es necesario, es digno, es aceptable, es prudente, es consecuente, humillarse por tan poco? Nosotros pensamos que NO, pensamos que es necesario abrir un camino, que aun siendo trágico, es lo que realmente debe hacer un pueblo que es consecuente con su historia, con sus valores, con su sacrificio y sus principios. !Pueden ustedes entonces, hacer lo que se les ocurra¡, mientras nosotros damos nuestros primeros pasos por el camino de la liberación.

Con todo lo imaginado, sobre la ideología de ser parte de un estado o de esa patria, que sometió a la nuestra, están hoy los que desesperadamente buscan que los reconozca el enemigo (el estado chileno), los respetamos, a un que no lo compartimos, por lo siguiente.

En ninguna parte del acuerdo político, se aprecia la intención de reconocer, los derechos sobre la autonomía política, territorial, económica y administrativa, sobre el territorio y sus recursos del suelo y subsuelo. Es inconcebible que un pueblo pueda sostenerse como pueblo, si no cuenta con su espacio territorial y la libertad de sus decisiones políticas y sociales, para su subsistencia.

Es aquí, un nuevo hito para describir que la desobediencia moral, que padecen los parlamentarios de esta republica, que ya de desde hace rato, viene con bastante frecuencia trasformándose en una empresa de arribadores políticos, de mercaderes buscando sus espacio para instalar su comercio, en cualquier esfera del ordenamiento jurídico-político de este país; por que ven a los ciudadanos como una masa de dólares $$ andantes, entonces ven un capital político e económico.

Hay no esta diferencia si trata de Mapuche, Aimara, Quechuas, descendientes de la vieja España, radicado en chile, esa llamada clase baja, que viven poco, porque se mueren antes, promedio a los 60 años, maltratados de servir al patrón capital.

Pero no cabe olvidar a los del medio, que se sienten del centro de la sociedad, la clase media, esa que busca escalar a donde nunca lo verán como tal, que busca llegar a la llamada clase alta, que en el transcurso de su caminar, se olvido de sus derechos, de sus prójimos, la clase baja, que aun sabiendo que su origen es común, los ve como los atrás, y que su único lazo que los hace mirarlos, lo obstine a través de los diezmos que dona para ellos, mediante la iglesia católica (con el uno %, un techo para chile, el hogar de cristo) o atreves de las grandes convivencias televisivas de solidaridad. Esta misma clase, que como los comunistas, se adhiere a cuanta causa o medio sea necesario para escalar o hacer carrera política.

Como no hablar de lo burgueses, esta, que hoy esta en el poder, la derecha, si la misma, que estando en la mejores universidades, no a prendieron de derechos, del respeto, se olvidan a cada rato de los valores cristianos a los que hacen alusión. Son los mas beneficiados con este acuerdo político, son los que en definitiva ponen candados a los derechos de los pueblos, para abrirse ellos las puertas a la explotación de los recursos en los territorios indígenas, extraerán miles camiones con minerales en el norte y harán lo mismo en sur, con los salmones y la celulosa, etc.; mientras que abran miles de personas viviendo con lo necesario y viendo como el mismo que los gobierna es hoy el que le roba.

Pero están también, los que prometieron algo mejor, a los suyos democracia, igualdad, justicia, mejor distribución de las decisiones políticas, no mas violencia a su gente, se concertaron para alejar el mal, se hicieron llamar concertación.

Prometieron a los pueblos indígenas asegurar sus derechos, para luego darles una ley indígena, que engorda a los hacen carrera política, dentro de este estatus indígena, que por supuesto muchos de ellos son mapuche. Pero también los mapuche se hicieron la misma ilusión, que por supuesto, desde nuestro lado las cosas son mas lamentable, tenemos un espiral de explicaciones, que son razones suficiente para buscar caminos distintos. Ellos fueron la cuna protectora de los violadores de los derechos humanos y siguieron la vieja practica, del asesinato, el respaldo de sus estructura políticas-administrativas, a sus fuerzas represoras.

Los únicos que ganan con esta lucha intelectual sobre el derecho de los oprimidos, dentro del marco de derechos de los invasores, son los propios invasores los que se llevan la mas abundante tajada, y dicho sea de paso, fortalecen cada vez mas su institucionalidad, creando falsas expectativas, que no llegaran nunca a concretarse o ser beneficio tangible para nuestra gente.

Puede usted, cuestionar nuestra postura, pero decir que estamos equivocados, no podrá; podrá buscar argumentos, que por cierto los hay, sobre todo desde el lado del enemigo. Que es una maquina de argumentos, para negar derechos, asesinatos etc.

Mire señor opinión publica; con o sin reconocimiento, se puede hacer lo que un pueblo se propone, que es crear las condiciones de una vida mejor, que no pasa por mendigar derechos, ni cuestionarse los principios sobre los que se rige su sociedad, pasa, por crear las condiciones y de manejarlas, como en el caso de la educación, la salud, la inteligencia, la creatividad, la disciplina, la igualdad, la fuerza, y la justicia dentro de un espacios territorial propio. Es esta, una decisión del pueblo, no de los que nos sometieron e invadieron nuestro territorio.

Puede sonar separatista, pero preguntémonos que le puede quedar a un pueblo, si su opresor, quien le a ofrecido respeto durante casi ya, 130 años, no le a cumplido nunca. ¿No es acoso digno emprender un camino propio, cuando ya no están las voluntades?. Claro, usaran como argumento que son las comunidades mapuche las que están creando las condiciones para separarse del estado chileno; pregúntese ahora usted, ¿No es acaso la negativa de la clase política de este Estado, quienes le han negado a su sociedad la oportunidad de cicatrizar la herida mas grande de la historia del estado chileno?.

La urgencia de reconocer no es hoy una cuestión antojadiza de los legisladores chileno, quienes han visto como la sociedad busca mejorar la distribución de los beneficios económicos, descentralizar el poder político, para que sean los ciudadanos los protagonistas de las decisiones mas importantes que les repercute en sus vidas. Cuando vemos que los poderes de las regiones son títeres del centralismo, cuando vemos que las empresas del mono cultivo forestal, están asiendo vida económica en santiago. Cabe cuestionarse si eso es legitimo, que explotan a sus trabajadores, usurpan derechos de tierra a los verdaderos detentores de dichos derechos.

Estimado; La autonomía Mapuche viene desde hace mas de cien años, señalando que es el único mecanismo que permitirá dar una salida al mal llamado conflicto Mapuche. Que no es utópico, pensar en la escala de decisiones, emprender dicho camino. No es hoy una prioridad hacer presión para conseguir cualquier reconocimiento, mas bien es detener el curso de un mal intencionado reconocimiento. Puede ser que las autoridades del presente no comprenden con tal claridad lo que significaría realizar un mal reconocimiento.

Proponemos una salida, detengan el mal reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas, busquen en su futuro mas cercano, la mejor salida, darán por cierto, con que lo mejor no es para unos pocos, si no para la mayoría; que las regiones sean impedientes en sus propias decisiones, que los mapuches definan como desarrollarse políticamente, administrativamente y económicamente, en cuanto a sus recursos y su ordenamiento social propio, entonces se puede llegar acordar con el estado.

Que detengan la intención de hacernos tontos, porque no lo somos y por que con o sin reconocimiento, estamos llamado a buscar la libertad que nos quitaron, de la que nos privaron, nos podrán decir resentido, ¿que esperaban que estuviéramos dispuesto a asumir las condiciones del estado de chile, que olvidáramos nuestra historia en tan solo 100 años, eso es, no haber comprendido, el por que existimos como pueblo.


Comunidad Mapuche Rankilko.
Wall-mapu: Ercilla, 21, Enero, 2011.